El Día de Europa desde el epicentro de la Unión Europea


Este sábado todos los europeos teníamos algo importante que celebrar. Han pasado ya 65 años desde que Robert Schuman, el ministro francés de Asuntos Exteriores, pronunciase la famosa Declaración en la que se asentaban las bases del proyecto común europeo, lo que actualmente se conoce como la Unión Europea.

28 Estados miembro, 507 millones de ciudadanos, una moneda única europea, un continuo desarrollo de políticas que favorecen y velan por los intereses de los europeos o la defensa de los derechos y valores europeos, son sólo algunos de los ejemplos de lo que representa la Unión Europea hoy en día.

Por eso, no se me ocurre una mejor ocasión para abrir las puertas de las Instituciones Europeas a todos los ciudadanos, que el 9 de mayo, Día de Europa. 


Con el fin de acercar aún más este proyecto común a todos los ciudadanos de los Estados miembro. Este año, tengo la suerte de vivir en Bruselas, en el centro de todo el mello. Así que ese día para mí ha sido aún más especial y europeo si cabe. 

Si esta experiencia ya está siendo muy interesante ya que me acerca aún más a los entresijos de la Unión Europea en algunas materias, el sábado fue un día completamente diferente. Las Instituciones Europeas mostraban su cara más  lúdica y festiva.



Desde las 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde unos 30.000 ciudadanos hicimos largas colas para visitar las Instituciones Europeas. Parlamento Europeo, Consejo, Comisión Europea, Tribunal de Cuentas Europeo, Servicio Europeo de Acción Exterior, Comité Económico y Social Europeo, Comité de las Regiones, Defensor del Pueblo Europeo y Supervisor Europeo de Protección de Datos. 

En todos ellos, se mostraba a los visitantes el trabajo diario y lo que representa esa  Institución para nosotros, de una manera muy interactiva y dinámica.

Actividades para todas las edades, debates, conferencias, documentales, conciertos y demostraciones de bailes típicos regionales. Puestos de comida para degustar productos de todos los Estados miembro. Incluso uno se podía disfrazar con trajes de la época y hacerse una foto de recuerdo, había talleres para pintarse la cara, juegos y muchos concursos sobre la Unión Europea con los que ganar numerosos regalos.


En definitiva, un sinfín de actividades de lo más interesante que hicieron disfrutar y acercar aún más la Unión Europea a  todos sus ciudadanos.







Comentarios