Carnaval, Carnaval...en Aalst

Con el fin de adentrarme aún más en la cultura belga y aprovechando que nos encontramos en la semana de Carnavales, una fiesta que me encanta. 
Este fin de semana no podía dejar pasar la oportunidad de visitar uno de los Carnavales más populares de Bélgica. Los carnavales de Aalst, inscritos en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde el año 2010. 
Por eso, este domingo, partimos dirección Aalst, una ciudad de apenas 80.000 habitantes a medio camino entre Bruselas y Gante y situada en la región de Flandes para hacernos una idea de cómo lo celebran por aquí y la verdad es que observé bastantes similitudes con cómo los celebramos nosotros en España.  
Al descender del tren y empezar a caminar rumbo a la plaza principal de la ciudad, tuvimos que atravesar una zona peatonal con comercios y bares que estaba desierta y además parecía que todos los comercios y bares estaban cerrados, como si los estuvieran traspasando o incluso quisieran dejar de utilizar esos locales, ya que estaban forrados con tableros de madera a cal y canto, algo que nos dejó un poco extrañadas, la verdad.
Alrededor de las 3 de la tarde comenzaba el desfile de gigantes, comparsas y carrozas a cada cual más llamativa y colorida. Y resolvimos nuestra primera incógnita. 
Los primeros en desfilar iban vestidos con trajes típicos, bailaban al son de la música y portaban una especie de cestas llenas de naranjas, las cuales lanzaban al público, cuando menos nos lo esperábamos. En ese momento, entendimos el porqué de las verjas y los tableros de madera forrando las calles.
Otra de las cosas que no podían faltar en un desfile eran los caramelos. Así que allí estuvimos en primera fila peleándonos por coger alguno de los que lanzaban. Estos fueron lanzados por el príncipe del carnaval, proclamado simbólicamente como el alcalde de la ciudad durante los 3 días que dura la celebración, y por mujeres disfrazadas con sombreros en forma de cebolla, referente de la ciudad.



A continuación, comenzó el desfile de nada más y nada menos que 81 carrozas entre las modalidades de grupos pequeños, medianos y grandes por las calles de Aalst. La verdad, es que creo que nunca he visto un desfile tan largo, vamos que estuvimos 3 horas ahí de pie viéndolo y no llegamos a ver ni la mitad. 
Un no parar de colorido y diversión en las que se ridiculizaba y satirizaba con humor las noticias de política nacional e internacional más características del último año, allí estaba Merkel, Tsipras o los hermanos Adbdeslam, entre otros. 
Es verdad, que el hecho de que las canciones que animaban las coreografías, las pancartas reivindicativas y que los nombres de las carrozas fuesen en neerlandés dificultaba la compresión exacta de todo, pero bueno más o menos te hacías una idea. También había alusiones a los típicos temas como a la religión y al sexo.

Otra de las cosas que nos llamó la atención fue que la mayoría de los hombres iban disfrazados de mujeres. Nunca entenderé la gracia de este disfraz, pero bueno. Y es que resulta que el martes de carnaval, el día grande, es el día de “Voil Jean Etten”, en el cual los hombres se disfrazan de mujeres rememorando la tradición. Por la noche, el carnaval pone su punto y final con la quema del muñeco del carnaval. Acaso, ¿no os recuerda un poco a las fallas de Valencia?.



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