Seis meses con sabor agridulce de mi Voluntariado Europeo (SVE)
En definitiva, tiempo suficiente como
para darte cuenta de muchas cosas y plantearte muchas cuestiones. En primer
lugar, ¿qué es ser voluntaria?, ¿qué significa participar en el Servicio de Voluntariado Europeo (SVE)?. Antes de venir aquí, pensaba que el hecho de ser
voluntaria tenía una connotación más allá de la de desempeñar una labor
puramente altruistamente. Que implica desarrollar además una labor social, que
te ayudaba a crecer y mejorar como
persona.
Por desgracia, muchas veces no es así, de hecho a veces no encuentro
cuál es la diferencia entre ser voluntaria y ser becaria. Participo en un proyecto
interesante debido a su diversidad cultural y racial; variado y amplio, ya que
se tratan temas que afectan tanto a niños como a adultos.
Pero que sin embargo, muchas veces se ha
quedado reducido a trabajar simplemente cuidando a niños, en una cafetería o
hacer papeleo administrativo. Sin poder enriquecerte de esa diversidad
cultural.
Según van pasando los meses te vas
dando cuenta además de otras cosas. Te
surgen interrogantes de otro tipo como: ¿Qué he aprendido en estos 6 meses?,
¿cómo ha cambiado mi vida desde que vine aquí?, ¿Ha sido un cambio positivo o
negativo?.
Te das cuenta de que en 6 meses has aprendido más alemán que lo que
aprendiste en dos años en España. De las diferencias o los choques culturales
que puede haber entre culturas, que en mi opinión van más allá de choques entre
países de la unión europea, o del mismo continente.
Que una cosa es ir a un
país de vacaciones y otra vivir en él, que la gente no se comporta igual en su
propio país que cuando sale de él.
Que aunque parezca un tópico el tiempo
también influye en el carácter y en el modo de vida de la gente. Lo que implica
acostumbrase a otro tipo de cosas. Como quedar en una casa para tomar un té en
vez de ir a un bar para tomar una coca cola, o a ver las calles desiertas a
partir de las 7 de la tarde aunque sea fin de semana. A cambiar el coche por la bici, a que caerse de ésta o que
se te pinche una rueda sea de lo habitual. Te acostumbras a quedar todos juntos
para hacer una excursión o ir a la discoteca en bici. Te acostumbras a comer otras comidas, a
depender más de unos alimentos que de otros, a probar nuevos sabores. Te
conviertes en un fanático del reciclaje, separando hasta lo inseparable. Te
surgen nuevos problemas que nunca te habían surgido, y que debes resolver tu
sola, aunque tu alemán sea de lo más rudimentario.
Conclusión: un balance de lo
más agridulce.
Muy interesante tu opinión. Yo también llevo 6 meses en Portugal y concuerdo bastante contigo. A veces mi voluntariado se basa en ser limpiadora y/o camarera y mi diferencia cultural es menor que la tuya al estar en Portugal, además para colmo he estado 3 meses con un picor insoportable sin que mi organización de acogida se preocupara y ayer mismo un médico descubrió que tenia sarna!! Pero a pesar de todo sigo aquí esperando que esta aventura me haga crecer como persona.
ResponderEliminarBesos
Si la verdad es una pena haber depositado tantas ilusiones y energía para estar aquí, buscando crecer como persona y aprender de otras culturas, y que a veces tarde en llegar. Pero bueno, la esperanza es lo último q se pierde, así yo pienso q aún me quedan 6 meses para encontrarlo por mi cuenta...
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