Recorrido floral por Bélgica
Aunque la primavera entró el pasado 20 de marzo
parece que en el corazón de Europa se resiste a llegar. Un hecho que sin embargo, no ha impedido que como cada año
durante 3 semanas, entre los meses de abril y mayo, los que vivimos aquí y cada
vez más visitantes de otros lugares aprovechemos para acudir a algunos de los
lugares clave en donde las flores son las auténticas protagonistas. Como por ejemplo, el Japanse Tuin o el jardín japonés de Hasselt, quizás
uno de los jardines más desconocidos para mucho.
A tanto sólo 80 kilómetros de
Bruselas, este jardín japonés está considerado como el más grande de Europa con
2,5 hectáreas donde se pueden encontrar cerca de 250 cerezos japonés, un
estanque con peces de colores, una cascada e incluso las casas típicas para
celebraciones como la ceremonia del té o un altar de deseos. Asimismo, en este
parque también se celebran eventos culturales ya que está abierto entre los
meses de abril y octubre.
Por otro lado, a tan solo 20 kilómetros de Bruselas
se encuentra otro de los lugares dignos de mencionar, Hallerbos,
o más conocido como el bosque azul. En concreto, 555 hectáreas con 3 rutas
diferentes para hacer de 7, 4 y 1,8 kilómetros en las que los visitantes pueden
ir andando, en bicicleta o incluso montando a caballo a la vez que descubren
una auténtica alfombra de color azul-púrpura creada por una especie de
campanilla.
Además dentro del bosque existe un centro de interpretación donde descubrir
la fauna y flora del entorno.
Otro de los lugares que uno no debe saltarse es Floralia,
a tan sólo 10 kilómetros de Bruselas donde en los jardines del Castillo del
Gran Bigard de una extensión de 14 hectáreas se pueden observar diferentes
variedades de tulipanes, jacintos y narcisos.
Por último cabe destacar los Invernaderos Reales en Laeken, muy cerquita del Atominum, en donde disfrutar de plantas y árboles
exóticos tanto de interior como de exterior provenientes de distintos
continentes como Australia, África o Latinoamérica. Donde se mezclan los
colores y los aromas, lo ostentoso con lo sobrio.
En definitiva una maravilla que recomiendo visitar entre las 20h y las 21:30 con el fin de disfrutar de la luz del día pero también de la noche.
Precioso, cercano reportaje. Bonitos colores primaverales. Lástima no poder disfrutar de lo verdaderamente importante de la vida.
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