Una vez más la publicidad emocional llega por Navidad
Parece que hasta que no empiezan a
bombardearnos con los spots publicitarios navideños de las grandes marcas, como
que falta algo. Yo, al igual que me ocurre en verano, me pego al televisor para
descubrir lo que las grandes marcas nos traen en estas fechas. Ya que son
anuncios por lo general, realmente buenos.
En estas fechas tan señaladas, como son las
Navidades, en las que los reencuentros se suceden, las familias se reúnen,
reina la paz y los momentos de añoranza y tristeza van de la mano de los de las
alegrías y diversión, estamos especialmente sensibles, y los publicistas lo
saben.
Pese a la dramática situación que está viviendo nuestro país, en tiempos
en los que la desmotivación, la falta de alegría son cada día más patentes
entre los ciudadanos de a pie, hay anuncios que hacen que nos olvidemos aunque
sea por unos minutos de esta situación y consiguen arrancarnos una sonrisa. Y
eso es lo que se consigue con la publicidad emocional. Llegar a la gente, que
revivamos momentos claves de nuestras vidas, que nos identifiquemos con el
producto, que confiamos en él y en definitiva que los consumamos.
Todos recordamos anuncios míticos de estas
fechas. Eslóganes, historias, canciones que permanecen en nuestra memoria año
tras año. ¿quién no se acuerda del mítico anuncio de Vodafone “Hola soy Edu,
feliz navidad”? o ¿de los anuncios de las famosas burbujas de Freixenet?,
¿quién no se ha visto alguna vez identificado con el anuncio del Almendro “Vuelve
a casa por Navidad”?, ¿acaso alguien no sabe que el turrón más famoso del mundo
es el turrón de Suchard?, o por lo menos eso dice el anuncio y ¿qué me decís de
los anuncios de coca cola con sus duendes y Papá Noel? o ¿quién no sabe a estas
alturas quién es el calvo de los anuncios de Lotería y Apuestas del Estado?. Esto
sólo, por poner algunos ejemplos.
En definitiva, creo que la mejor época del año para ver anuncios es la Navidad, así que yo junto con poner el árbol, el sorteo y pasear por las calles iluminadas, el empacharme de anuncios es otra de mis tradiciones favoritas.
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