Tiempos de cambios en época de Coronavirus

Casualidades de la vida o no, este mes iba a hablar de mi artículo mensual del blog de los cambios que se experimentan cuando vives en el extranjero. Porque soy de la opinión de que todas las experiencias que vivimos, sean buenas o malas, te marcan de alguna manera. Y quizás sea en esos momentos de dificultades cuando más se aprenda.

Momentos como los que estamos viviendo actualmente. En los que, sin darnos cuenta, nos hemos visto inmersos y nuestras vidas han dado un giro de 180 grados. 

En los que de la noche a la mañana hemos visto cómo muchos de nuestros planes se frustraban, muchos sueños se desvanecían, y nos topábamos con la dura realidad de que algo externo y desconocido para nosotros nos estaba ganando la partida sin piedad.

Pero enseguida surgieron los mensajes de apoyo, el ingenio se agudizó y ante la adversidad hubo gente que sacó la fuerza para ser creativo y animar un poquito este confinamiento.

Hemos cambiado las quedadas con los amigos en torno a una caña con unas tapas por las videoconferencias en pijama. Los macro conciertos en grandes recintos por los mino conciertos vía internet en el salón de nuestra casa. El gimnasio y el correr al aire libre por las tablas de ejercicios online en la habitación. O el viajar y disfrutar de unas vacaciones en un país exótico por las visitas y tours virtuales de ciudades y monumentos más cercanos desde la Tablet. 

Con la crisis del Coronavirus, muchos han sido los sectores que han tenido que reinventarse para poder sobrevivir a duras penas. Las empresas se han tenido que amoldar y ahora es frecuente oír palabras como teletrabajo, flexibilidad o transformación laboral y digital cuando para algunos esta era una opción lejana en el tiempo. 

Pero el destino ha hecho que muchos de esos cambios que veíamos lejanos en el tiempo o que incluso no nos planteábamos se hayan hecho realidad a marchas forzadas. 

Y es que la vida es así. Cuando crees que lo tienes todo controlado y organizado te da un revés y lo pone todo patas arribas. Y aquí es cuando te das cuenta de que hay que pararse a pensar, de vivir más relajadamente, de cambiar prioridades, de abrirnos y conocernos más a nosotros y a nuestro alrededor más cercano, de disfrutar de la vida sin remordimientos, y de hacer esas cosas que de otra manera no nos atreveríamos. 

Por eso, de toda esta lección de vida que el destino nos ha puesto en nuestro camino me quedo con la gran oportunidad que se nos presenta de crecer a nivel personal y de animarnos a dar ese salto que de otra manera no daríamos. 

Cuando todo pase, espero que esto no quede en el olvido y sigamos viviendo cada segundo del día como si fuera el último y disfrutando de los pequeños momentos porque cuando menos nos lo esperemos llegará otra amenaza que lo volverá a poner todo patas arriba.
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